domingo, mayo 23, 2004

Esclavitud en el siglo XX

[En virtud de la inminente salida de Norma Lazo de la revista que dirigió durante diez años, Complot, publicamos en este sitio el artículo que publiqué en febrero de este año con la valiosa colaboración de Héctor Villarreal. Va dedicado, con mucho cariño, para Román Torres Huato, generoso y sacrificado defensor de los derechos humanos y hombre fuerte del ombudsbaby Emilio Alvarez Icaza]


El trabajo os hará libres...

I. Aquí defendemos tus derechos...
Doña Rosy trabaja de 11 de la mañana a las 7 de la tarde en una institución pública limpiando pisos, alfombras, muebles, muros, baños y vidrios, además de los trastos abandonados en mesas y fregaderos por secretarias y oficinistas fodongos. Dos sábados al mes trabaja de 11 a 3 y eventualmente también algún domingo, cuando, al menos, no tiene que servirle café a nadie. Aparenta poco más de cincuenta años, aunque quizá tenga menos, y gana 890 pesos a la quincena. Está contratada por una compañía que a su vez vende sus servicios a esa institución. Por seis años de trabajo le corresponden ya 14 días de vacaciones y quince días de salario de aguinaldo. No recibe ningún regalo de Navidad o Reyes por parte de la compañía y, cuando falta un día, se le descuentan 150 pesos, aunque no sabe explicar por qué. A pesar de algunos retrasos en el día de pago, Mary dice estar agradecida con su trabajo y que nunca ha tenido problemas con sus patrones, si bien la vigilancia y el control de la supervisora son muy estrictos (como la operación mochila, para prevenir que se robe algo o cometa un acto terrorista, seguramente).
Doña Rosy es derechohabiente del Seguro Social, pero si se enferma tiene que esperar hasta tres horas en la clínica para ser atendida. Si hay medicinas correrá con suerte, si no, tendrá que comprarlas en alguna farmacia, si le alcanza. Tiene dos hijos, uno de ellos estudia la primaria y el otro lava coches en las calles. Su marido es obrero en una fábrica de acero y jamás le ha dicho a cuánto asciende su salario -?¿Pa? qué quieres saber??-, pero le da 400 pesos quincenales, los cuales, dice, no le alcanzan para todos los gastos, ?Por eso trabajo?. Rosy viaja durante dos horas desde su casa en Tultitlán, Estado de México, al puesto de trabajo. Al regreso al hogar prepara la cena para su marido y sus hijos y, finalmente, puede descansar unas horas.
Macro Klim es una de las decenas de compañías de mantenimiento y limpieza de inmuebles en la Ciudad de México, entre otras con nombres tan ingeniosos como LavaTap, Brillolim, Clean Power, Arquilim, Prolim y Grupo Empresarial de Limpieza. En 1998 la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal lanzó la convocatoria para una licitación pública nacional para contratar a una de estas empresas. La ganadora fue Macro Klim, para la cual trabaja doña Rosy. Como se sabe, las licitaciones son adjudicadas a las compañías que hacen la oferta económica más baja con tal de ganar el contrato. Esto significa que Macro Klim es la que peor paga a sus empleados. Aun así, ha conseguido refrendar el contrato con la Comisión cinco años seguidos. ?Ante esto no podemos hacer nada?, expresó Román Torres Huato, administrador general de la CDHDF, cuando se le inquirió sobre la posibilidad de mejorar la situación laboral de esos empleados. ?Pero lo que sí podemos hacer es permitirles trabajar dos turnos, así se ayudan un poco...?

II. La esclavitud en tiempos de Fukuyama
La esclavitud tradicional se caracteriza por la compra y venta de personas como mercancías para que el propietario obtenga un beneficio por su explotación. En Sudán, donde se encuentra más extendida esta práctica, se calcula que hay entre 90 mil y 300 mil esclavos, actividad permitida pasivamente por su gobierno en un contexto de guerra, enfermedad y pobreza extrema. El precio promedio de los esclavos es de 50 dólares por cada uno, que es la cantidad que ha pagado Christian Solidarity Internacional desde 1995 para liberar a 11 mil de ellos.
Este fenómeno no es ajeno a México. En Juanacatlán, Guerrero, donde hay niñas que ?se casan? desde los diez años de edad, algunos padres de familia las ?venden? a un precio de entre 10 mil y 15 mil pesos; en distintas comunidades de Oaxaca las intercambian por ganado o cajas de licor y en el centro de la capital del país, en el barrio de La Merced, hay proxenetas que ?venden? muchachas que traen de esos estados y de Michoacán a un precio de entre 10 mil y 15 mil pesos para obligarlas a prostituirse (Reforma, 3?5 de julio de 2003.)
Las agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y los especialistas en distintos campos de las ciencias sociales vienen hablando de nuevas formas de esclavitud para referirse a un conjunto de violaciones a los derechos humanos por las cuales personas de distintos grupos vulnerables -aunque no son formalmente propiedad de un dueño- son explotadas para obtener de ellas beneficios económicos, principalmente. De este modo, en conjunto, hay actualmente más personas en condiciones de esclavitud que en toda la historia: 250 millones.
Las nuevas formas de esclavitud incluyen la explotación laboral y la sexual, el reclutamiento forzoso para conflictos armados y el cautiverio por endeudamiento. Los grupos victimados en mayor proporción son las mujeres, los infantes, los inmigrantes y los indígenas. No obstante lo válido que pueda ser esta taxonomía, en realidad no existe una distinción neta entre las distintas formas de esclavitud, pues con frecuencia se entreveran y las mismas familias o grupos son víctimas de varios tipos de explotación, todas como causa de la aguda pobreza en la que viven 1 300 millones de personas en el mundo. El síndrome de Estocolmo es el del secuestrado agradecido con su secuestrador por haberlo tratado bien, de la misma manera en que bajo las nuevas formas de esclavitud el explotado agradece a su explotador porque gracias a él no muere de hambre.
Sin embargo, la pobreza, por sí misma, no es la causa de la esclavitud, pues también tiene relación con el analfabetismo, el desempleo, la desintegración familiar, la violencia doméstica y del entorno social, el crimen organizado, en muchos casos la codicia de los familiares y, en todos, la incapacidad y la corrupción de las autoridades para abatir la impunidad de una cadena de crímenes: la compra-venta y el tráfico de personas, la prostitución y la pornografía infantil, la explotación del trabajo infantil, la mutilación sexual de niñas y adolescentes, la utilización forzosa de infantes en conflictos armados, la privación de la libertad (cautiverio), la venta de órganos, la explotación de la prostitución y las prácticas discriminatorias (apartheid).

III. ¡Vamos, México!
La explotación laboral es la forma de esclavitud más extendida en México. Ésta consiste en condiciones injustas para el trabajador: jornadas extenuantes, paga ínfima, falta de seguridad social y prestaciones y, con frecuencia, condiciones de riesgo para la salud.
Como en el sureste de Asia, también en nuestro país las maquiladoras de las industrias de la electrónica, textil y del calzado emplean a mujeres. Entre los escombros de los edificios del centro de la Ciudad de México que cayeron a causa del terremoto de 1985 la opinión pública conoció las infames condiciones de trabajo de cientos de costureras. Actualmente se calcula que hay 600 mil mujeres que laboran en la industria del vestido, en empresas que les pagan 42 pesos por día (el salario mínimo) o de 30 centavos a un peso por pieza (a destajo).
En peores condiciones está la inmensa mayoría de los niños trabajadores. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su informe Un futuro sin trabajo infantil, calcula 180 millones de menores entre cinco y 17 años ocupados en la prostitución y el trabajo esclavizado y peligroso. Muchos de ellos no poseen certificado de nacimiento ni algún otro documento oficial y miles mueren cada año por accidentes de trabajo. Patrones sin escrúpulos prefieren contratarlos a ellos para pagarles menos que a personas mayores de edad, como en la India, donde hay 50 millones de adultos desempleados y 60 millones de niños que trabajan.
Aunque la ley lo prohíbe, en México la explotación del trabajo infantil es una realidad escandalosa, desde los niños que mendigan en la vía pública hasta los que se dedican a la pizca en Sinaloa y Baja California provenientes del sur del país, a veces con toda su familia.
Los inmigrantes también son frecuentemente víctimas de esta explotación. Así como muchos mexicanos en Estados Unidos trabajan ilegalmente bajo la amenaza de ser repatriados, en las plantaciones del sureste mexicano se explota a jornaleros provenientes de Centroamérica.

IV. Directamente del campo...
El trabajo doméstico es otra de las formas de explotación más comunes en México. Muchachas pobres, sin estudios, que inmigran del campo a la ciudad, muchas de ellas menores de edad, son empleadas sin contrato como servidumbre, no cuentan con seguridad social y son obligadas a trabajar jornadas extenuantes a cambio de hospedaje y sueldos misérrimos. Esta situación se presenta incluso en domicilios de ?luchadores sociales? que defienden los derechos de los indígenas, siempre y cuando se mantengan en sus lugares de origen y vistan sus trajes tradicionales (este tema próximamente será objeto de una investigación en San Cristóbal de las Casas).

V. Sexo en pequeño
A partir de los años setenta, cuando el turismo se volvió un fenómeno en el que participan amplios sectores sociales, la explotación sexual comercial de niños adquirió una nueva y gigantesca dimensión con el llamado turismo sexual, en el cual los adultos provenientes de países desarrollados viajan a países pobres -donde la autoridad permite o solapa estas prácticas, a diferencia de sus países de origen- para tener relaciones sexuales con niños. Las nuevas tecnologías de la informática y la infraestructura de internet han abierto nuevas dimensiones a la pornografía infantil y a la creación de redes de pedófilos y hebéfilos. La otra cara de la misma moneda es el tráfico de menores de los países pobres a los desarrollados para explotarlos ahí, comprados a sus familiares en sus países de origen y obligándolos a permanecer cautivos luego de hacerlos adictos a drogas. Se trata de un ?negocio? de ganancias multimillonarias para el crimen organizado: una mujer llevada desde Asia a Estados Unidos para prostituirla es ?vendida? hasta en 20 mil dólares. Las estimaciones de la UNICEF hablan de aproximadamente un millón de niños explotados sexualmente en el sur de Asia y varios cientos de miles más en América y África.

VI. No se vale soñar
En México, 16 mil menores son prostituidos. La antropóloga Elena Azaola coordinó una investigación sobre la explotación sexual comercial de niños en nuestro país que incluyó entrevistas a menores que se prostituyen. En ellas ni uno solo dijo gustarle lo que hace: todos expresaron sentir asco y vergüenza. Se comprobó que tienen una imagen desvalorada de sí mismos, anhelan otro tipo de vida y les gustaría tener oportunidades para poder estudiar y llegar a ser profesionistas. Sin embargo, observa la investigadora, ?otros ya no se permiten soñar, perdieron la esperanza y creen que morirán en la calle o en la cárcel. Viven con una tristeza profunda que adormecen con drogas?.

VII. Soldados de juguete
En el mundo hay aproximadamente 300 mil niños obligados a participar en conflictos bélicos por ejércitos, guerrillas y paramilitares en países como Argelia, Filipinas, Indonesia, India, Sierra Leona y Colombia. En este último hay 11 mil menores en esta situación. Los niños son raptados de sus comunidades o amenazados de muerte para que se integren como combatientes. Niñas y también niños son mantenidos como esclavos sexuales al servicio de la tropa. En Tanzania, Angola y Zimbabwe el sida se convirtió en pandemia a causa de esta práctica.
Al parecer, este tipo de explotación no existe en México, pero hay informes de que en la proximidad del Campo Militar Núm. 1 y en los campamentos del Ejército en Chiapas hay prostíbulos en los que se retiene por la fuerza a menores de edad (Reforma, 5 de julio de 2002; Azaola y Estes: 2003.)

VIII. El Porfiriato actualizado
Un ejemplo de servidumbre por endeudamiento es el de los campesinos sin tierra, como en Brasil, donde éstos contraen una deuda inicial con el patrón a cambio de hospedaje y manutención, la cual nunca acaban de pagar con el salario que reciben o tienen que entregar una parte de su cosecha como pago por el alquiler de la tierra.
Esta forma de esclavitud se encuentra presente en México, principalmente en los municipios fronterizos de Chiapas. En este caso, la servidumbre por endeudamiento se encuentra asociada a la explotación sexual, la cual padecen aproximadamente 600 menores en ?zonas de tolerancia?. Son inmigrantes centroamericanas que ingresaron ilegalmente a nuestro país, en muchas ocasiones ?vendidas? por sus propios familiares a dueños de bares, donde las obligan a prostituirse y las mantienen privadas de su libertad. Llama la atención que en estas comunidades tanto la prostitución de menores como su cautiverio son vistas con aceptación por la comunidad, como parte del orden social, no obstante que es ilegal (Azaola y Estes, 2003).

IX. Esclavos outsourcing.
Una de las posibles características de las nuevas formas de esclavitud es que los explotadores se han vuelto invisibles, mejor dicho, son intangibles o irreconocibles, gracias a la nueva infraestructura de tecnologías digitales que soportan a los procesos de globalización financiera y de los negocios. Por ejemplo, los propietarios (anónimos) de Nike son dueños de una firma (marca), pero no poseen ningún inmueble ni bienes de capital. Tampoco tienen contratados trabajadores de la manufactura. En realidad, esta empresa es un estudio de investigación y diseño con una estrategia de marketing y distribución que cuenta con una red de proveedores en el sudeste asiático a los que llama ?socios de producción?. Éstos, a su vez, tienen contratados a cerca de 450 mil trabajadores a quienes les pagan entre 1.60 y 2.25 dólares al día, entre ellos, niñas desde los trece años de edad que trabajan más de 60 horas a la semana, muchas de las cuales reciben agresiones sexuales. Al menos así fue durante 1998, año en el que el líder de ventas de calzado y ropa deportiva obtuvo utilidades, tan sólo en Estados Unidos, por más de 4 mil millones de dólares. (Rifkin, 69-73).

X. El patio trasero
Lejos de pensar que es un país ideal y en plena transición democrática, como pregonan Fox y su ?gabinetazo? -y como lo hicieron antes los priistas en el poder-, México es un territorio descoyuntado donde impera la anarquía o, más bien, donde la salvaje oligarquía financiera ha sentado sus reales y comparte el poder y la riqueza con el poderoso narcotráfico organizado. Los políticos sólo sirven para hacer el ridículo mientras las condiciones de vida de millones de mexicanos se degradan aceleradamente. La legislación laboral simplemente no se cumple y los responsables se hacen de la vista gorda. Las muchachas que trabajan en las maquiladoras de Ciudad Juárez siguen siendo cazadas y asesinadas sin que a casi nadie le importe. En el Valle de San Quintín la vida de los peones acasillados no se diferencia en nada de la de los campesinos enviados a trabajar a Pinotepa Nacional durante la dictadura de Porfirio Díaz. El desempleo cunde como pólvora y la pobreza carcome el tejido social de un país desesperado y hambriento. Ya quisieran los niños de la calle poder tragar camote, siquiera. Las declaraciones cotidianas de la clase gobernante parecen una broma descarada y de mal gusto. Habría que ver qué es lo que realmente piensa en secreto Carlos Abascal, secretario del Trabajo -el de la famosa frase ?Las mujeres a la cocina?-, con cuyo salario podrían sobrevivir varias familias obreras y campesinas durante un año. El trabajo en México no dignifica, sino todo lo contrario... ¿Es éste el país que quiere el gobierno del cambio?

Fuentes:
Azaola, E. y R. J. Estes (coords.) (2003), La infancia como mercancía sexual, México, Canadá, Estados Unidos, México: Siglo XXI Editores y Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Aprovecharse del abuso, Nueva York: UNICEF, 2001.
----------, Guerras de adultos, niños soldados.
Jeremy Rifkin (2000), La era del acceso, Barcelona: Paidós.
Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Formas contemporáneas de la esclavitud, Folleto informativo No. 14.
Organización Internacional del Trabajo (OIT), Un futuro sin trabajo infantil.

domingo, mayo 16, 2004

Los antecedentes de otra violación de la CDHDF

El 30 de abril un ciudadano español envió a Enrique Galván Ochoa, autor de la columna Dinero, en La Jornada, la siguiente carta:

@ E-VOX POPULI
ASUNTO: NIDO DE BRIBONES. Soy súbdito español y vivo en Madrid. En el mes de enero de este año fui testigo de un acto de discriminación cometido dentro de la oficina de quejas y atención de la CDHDF, por una señora de apellido La Parra. Por ello me dirigí por correo electrónico al presidente de la CDHDF, quien diligentemente pidió a su contralora interna, la señora Rosa María Cruz, que me atendiera. La tal señora Rosa María me indicó que se requería ''la ratificación personal de quien interpone la queja'', para iniciar una investigación. Ante tal afirmación me dirigí nuevamente al maestro Emilio Alvarez Icaza, señalándole que me era imposible viajar a la Ciudad de México para ratificar ''personalmente'' mi queja, pero que a fines del mes de febrero un amigo mío se trasladaría a México y entregaría en mi nombre un documento debidamente firmado. El 19 de febrero de 2004 la señora Rosa María Cruz me informa que para iniciar un procedimiento se debía ''cumplir requerimientos de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos'', y me pidió mi domicilio. El día 3 de marzo recibí, para sorpresa mía, una resolución en la que me informa acerca de la existencia de un término para presentar mi documento, cosa que jamás se me hizo saber, y como lo había excedido ya no se podría hacer nada. Además me citó varias leyes mexicanas, cuyo contenido desconozco por completo. Deseo destacar dos cuestiones: 1) La CDHDF, a pesar de su nueva oficina y del presupuesto que se le asigna, es un nido de bribones. Por un lado la gente que va a sus oficinas es tratada de forma racista y discriminatoria; por el otro, la gente que se anima a quejarse es tratada de mala manera, como ocurrió a un servidor. 2) Basta con hacer una búsqueda por la red para saber que contra la CDHDF existen múltiples inconformidades: hostigamiento sexual en agravio de las mujeres trabajadoras de esa institución, despidos y, tal y como pude percatarme, maltratos al personal que ahí labora.
Pablo Córcega y Mendoza/Madrid
pablocorcega@hotmail.com

La respuesta de Galván:
R: Caray, no gana uno para vergüenzas. Y se supone que son los defensores de los derechos humanos.

El 14 de mayo Galván Ochoa publica en su columna lo siguiente:

Sí existe
ES INAUDITO HASTA DONDE llega la corrupción y el cinismo de algunos funcionarios. Publiqué hace algunos días una denuncia relativa al trato discriminatorio que le dieron a una mujer ni más ni menos que en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), a cargo de Emilio Alvarez Icaza. En vez de atender la denuncia, la comisión envió al Correo Ilustrado una carta en la que de algún modo ponía en duda la existencia del denunciante, que vive en Madrid. Ayer le envié este mensaje lleno de candor:

-Don Pablo, le ruego me diga la verdad. ¿Usted existe?

Horas después recibí esta respuesta por e-mail: ?Claro que existo, mi denuncia es real; vivo en Madrid, pero durante varios años viví en la Ciudad de México, pues mi señor padre era mejicano (sic). ¿Cómo puedo probarle mi existencia?, ¿cómo puedo probar que mi denuncia es real? Vosotros habéis visto en los correos la manera en que la CDHDF trató de solapar la actitud de su empleada. La CDHDF ha tratado de desvirtuar mi inconformidad con argumentos pueriles, pero jamás han explicado por qué no informaron la existencia de un término para presentar mi inconformidad, lo que a la larga resultó en mi perjuicio?.
Pablo Córcega y Mendoza.
Santa Hortensia 60,
Madrid, España.

Galván Ochoa;
¿Se dan cuenta, amigos? Y eso sucede en la Comisión de Derechos Humanos...

Yo, Rogelio Villarreal:
La elite que dirige a la CDHDF pertenece, evidentemente, a la misma clase política que se ha encastrado en el PRD y en la Asamblea Legislativa y que tanto daño le hace al país. No defienden los derechos humanos ni al pueblo, son simuladores que ganan sueldos estupendos y se solazan pronunciando discursos en favor de la democracia y de la tolerancia. Hasta ahora la CDHDF no ha podido desmentir una sola de las irregularidades y violaciones que publiqué en la revista Día Siete en febrero de este año. Por el contrario, el director general de Administración, Román Torres Huato, instruyó a la Contraloría Interna de esa institución pública para que me citara en relación con la sustracción de información perteneciente a la CDHDF y de haberla publicado en un sitio de internet ?lo cual es totalmente falso, como lo estamos demostrando mi abogado y yo. Se trata, sencillamente, de una venganza en mi contra. Por esta razón han estado interrogando de manera policiaca ?¿no es cierto, contralora?? a algunos empleados de la Comisión con los que tuve o tengo relaciones de compañerismo o de amistad. Así defiende la CDHDF los derechos humanos y la libertad de expresión. En los últimos meses se han acumulado tantos testimonios de empleados y ex empleados que estamos pensando en la publicación de un libro donde se analicen el discurso y la gestión de la CDHDF en relación con su política laboral y sus campañas en favor de los derechos humanos. Hay que desenmascarar a esos simuladores.

sábado, mayo 15, 2004

Más sobre la CDHDF...

Acabo de leer en la columna Dinero, de Enrique Galván Ochoa (La Jornada, 15 de mayo), el siguiente párrafo sobre el director general de Quejas de la CDHDF. Pero eso sí, cómo se las dan de santos y puros...

ASUNTO: EL SOFA DEL AMOR. Leí en tu columna que una persona se queja del trato que dan en la Comisión de Derechos Humanos. Te quedarías asombrado si supieras hasta qué punto es cierto. En la Dirección General de Quejas se pasan la Ley Federal del Trabajo por el arco del triunfo. Nos hacen trabajar horarios de esclavos. Eso no es lo peor: el director general, Jaime Calderón, tiene un su privado lo que nosotros llamamos "el sofá del amor". Siempre contrata abogadas guapas y jóvenes. Investiga cuántas personas han sido despedidas o han renunciado. Yo trabajo aquí, no publiques mis datos, temo represalias, pero te envío los nombres de tres abogadas que te podrían confirmar lo que digo.

Buzón reservado.

R: ¡Caray! Si entiendo bien, la Dirección de Quejas está en vías de convertirse en Dirección de Quejidos (amorosos).